El pasado domingo 1 de noviembre se terminó la I Feria de la Cerveza de Madrid. Durante dos fines de semana, los aficionados a la 'birra' pudieron saborear las mejores cervezas importadas de todos los rincones del mundo. La plaza de toros de Las Ventas fue el escenario escogido para celebrar esta iniciativa. Durante el primer fin de semana de apertura, del 22 al 25 de octubre, se registraron más de 20.000 visitantes y se sirvieron alrededor de 25.000 cervezas. El segundo fin de semana, del 29 de octubre al 1 de noviembre, se superaron estos datos con creces.
Todos los asistentes pudieron disfrutar por todo lo alto del ambiente que había en el recinto. En la plaza de toros, la organización habilitó una carpa con música en vivo y en directo durante todas las horas que estaba abierta la Feria. Además, de animación para los visitantes. Para los más pequeños se habilitó una zona con actividades infantiles hasta las 21.00 horas.
Entre las marcas de los principales países productores se encuentran cervezas alemanas, belgas, irlandesas o británicas. Todas ellas separadas claramente para que los asistentes pudieran deleitar y saborear las que más les interesaban. Los precios de las cervezas oscilaban entre les 3 ó 4 euros las jarras de medio litro y alredor de los 8 euros la jarra de un litro.
Además de las cervezas, los países participantes ofrecían una degustación de sus productos típicos y tradicionales, como por ejemplo pinchos de pollo, todo tipo de ensaladas, hamburguesas, salsas picantes y una gran variedad de platos más.
La iniciativa, organizada conjuntamente con La Fábrica Museo de la Cerveza, Heineken España y Cervezas Universales, ofrecía 'birra' de Irlanda, como la
Guinness y la
Murphy’s; de Alemania, como la
Paulaner; de Bélgica, como la Affligem; de Australia, como la Foster’s; de Italia, como la
Birra Moretti, y por supuesto, maltas españolas de gran nombre a nivel internacional, como
Amstel y Buckler, así como muchas que se consumen en todos los puntos de nuestra geografía.
La I Feria de la Cervera tuvo gran éxito durante sus ocho días de durada. En el recinto no cabía un alma. Además, los organizadores establecieron un aforo y al llegar a este paraban la cola y no dejaban entrar más gente. Si los visitantes, que hacían largas colas en la calle, querían entrar se tenían que esperar a que alguien que estaba dentro abandonara la plaza. En función de la gente que salía, entraban los siguientes.
No obstante, este aforo no era un número muy grande, ya que dentro del recinto no había mucha gente, no había colas para pedir las cervezas y las tapas, no había agobios… cada persona tenía su especio vital y podia pasear, bailar o charlar tranquilamente, sin estorbar o chocar con nadie.
Una de las cervezas de grifo en la Feria era la Amstel, con un 5,0% del volumen.
Está elaborada con un proceso exclusivo de Amstel, que es el río que atraviesa Amsterdam del cual toma su nombre, y que desde 1870, le confiere su característico sabor ligero y suave con aromas lupulizados de malta. Esta cerveza está elaborada con ingrediente naturales y no contiene aditivos.
Otra de estas cervezas es la alemana Paulaner Lager, original de Müncher. Está elaborada con lúpulo hallertau, muy aromático, y aguar ricamente mineralizadas de manantiales propios. Tiene un delicado perfume y un sabor natural y limpio.
Otras de las cervezas de grifo son la
Aflligem Dubbel, la Paulaner Trigo, la Buckler y la Guinness. Esta última está importada de Dublín (Irlanda). En 1759, Arthyur Guinness alquiló una vieja fábrica para iniciarse en la fabricación de esta cerveza que, hoy en día, constituye uno de los símbolos de Irlanda. Es una bebida de alta fermentación, debido a las maltas tostadas, el intenso sabor firme y su cremosa espuma.
Cerveza en botella
En la Feria también se podían ver cervezas en botella, como la Buckler o el
Legado de Yuste. Esta está elaborada con cebada extremeña muy malteada, que confiere tostados tanto al sabor como a su color oro viejo.Tiene unos aromas muy penetrantes y es muy melosa por su gama de gustos dulces; desde mieles vírgenes a mermeladas, caramelos y naranjas amargas. Tiene un cuerpo y una sólida contextura, con una espuma recia y sustanciosa de color blanco y rojo. Es una cerveza de trago corto y saboreado, que evoca el monasterio donde Carlos V mandó hacer una cervecería a su retiro.
Otras de las cervezas de botella es la Maes, y también la
Judas, una cerveza belga que recibió el premio “selección del mundo”. Es una bebida especial, de fuerte color dorado, con un sabor intenso y con un contrapunto de notas dulces y amargas. Posee una gran densidad que hace de ella una cerveza ideal para disfrutar de un buen “trago largo”, especialmente por la noche.
La
Mort Subite, la Murphy’s, la Newcastle Brown Ale, la
John Smith y la Fosters son otros ejemplos. Además de la Birra Moreti y los
Desperados. Esta última es una importación francesa. Una cerveza aromatizada con tequila, muy rubia y clara, cristalina, ligera y refrescante. A la agradable sequedad que proporciona el amargor del lúpulo, se añade un golpe limpio y seco de tequila, perfumado y de amable consistencia.
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